Buscar este blog

jueves, 24 de noviembre de 2011

LAS REFORMAS LIBERALES DE CARLOS III Y SU REPERCUSIÓN EN EN EL COMERCIO



Carlos III, rey de Nápoles, sucedió a Fernando VI, accediendo a la corona de España en 1759 tras abandonar su residencia de Caserta en Nápoles. Venia acompañado por su sequito de ministros napolitanos, decididos a aplicar las formulas económicas y políticas de su país. De la mano de estos gobernantes, España inicia un periodo de treinta años de reformas, guiadas por el espíritu de la ilustración.
El tema que nos ocupa es la libertad comercial española, aspecto en el que también se percibía la llegada de los aires ilustrados. Los economistas, muchos de ellos pertenecientes a distintas “Sociedades Económicas de Amigos del País”, consideraban esencial frenar el déficit de la balanza de pagos y reanimar la demanda interior. Esto solo se podía llevar a cabo estableciendo un mercado nacional que abarcase todo el reino. Para ello, impusieron fuertes gravámenes a las importaciones y liberaron de trabas el movimiento de mercancías en el interior de la península. Este el comienzo de una política de proteccionismo económico en España que se extenderá durante los próximos dos siglos. Para afrontar todos los gastos, el Estado intervino en la economía creando, en 1782, el primer banco nacional de España (aun con todo, no se consiguió aliviar los problemas de la Hacienda Publica).
Otra medida que tuvo gran repercusión, fue la de poner fin, en 1765, al monopolio de Cádiz en los intercambios comerciales con América, concediendo a ocho puertos españoles la autorización para establecer relaciones comerciales con las colonias.
Mas tarde, en 1778 se establece el Decreto de Libre Comercio con América. Esta libertad comercial dio un fuerte impulso a las regiones periféricas, que comenzaron a invertir en la creación de industrias con el fin de satisface la demanda de los virreinatos, los cuales venían comerciando con contrabandistas europeos a causa de la escasa demanda procedente de la península.
Las sociedades americanas criollas, que se habían enriquecido con la exportación de productos como el cacao o el café, reclamaban manufacturas de alta calidad, y estaban dispuestos a acudir a Inglaterra, Francia u Holanda en detrimento de España si esta no era capaz de ponerse al día en su producción y cumplir con sus expectativas.
Los ministros de Carlos III pusieron énfasis en la mejora de la flota española, reforzándola para poder hacer frente a los ataques y consecuentes saqueos producidos por la piratería.
Cabe destacar a Cataluña como la gran beneficiada por los cambios producidos n el sector mercantil, ya que consiguió conquistar el gran mercado interior de Castilla, además de introducir en Américas sus afamadas indianas, que eran telas de algodón estampadas sólo por un lado mediante planchas de cobre o madera, que expedían directamente desde el puerto de Barcelona.
Gracias en gran medida al comercio del Atlántico, los burgueses catalanes logro reunir el suficiente capital para hacer frente con relativo éxito la Revolución Industrial posterior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario